viernes, 1 de julio de 2011

Cada juego tradicional está compuesto por momentos de la realidad en los que es posible develar las estructuras sociales y culturales, son espacios a través de los cuales se pueden evidenciar los valores pero también las inequidades sociales y los desencuentros culturales.

No se pretende manejar los juegos tradicionales como un simple rescate de los mismos; se busca dar cuenta de los resultados que se generan cuando el niño está en contacto con ellos.

Es difícil observar en la ciudad, niñas jugando a la golosa, niños jugando a las canicas; tampoco se oyen grupos de niños coreando Rondas, siendo que estos juegos se han trasmitido de generación
o canicas que se puedan adquirir; pero sí se encuentra infinidad de juguetes que ofrece la mercadotecnia.
Todos alguna vez han visto a un grupo niños practicar de manera espontánea algún juego tradicional como el trompo o los encantados, es ahí donde podemos observar que éstos contribuyen, entre otras cosas, a la en generación.

El juguete también ha experimentado fuertes cambios: en las tiendas pocas son las muñecas de trapo, caballos de madera, trompos socialización del niño.

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